Muchos de nosotros tenemos la creencia que la satisfacción y el éxito están enteramente entrelazadas y no se pueden separar. Pero a medida que vamos aprendiendo de la experiencia de los demás y de nuestra propia experiencia, nos damos cuenta que no siempre es así. Al respecto, Paulo Coelho nos regala esta historia que nos hará reflexionar:
Un Empresario estaba en el muelle de un pueblo costero cuando llegó un
bote pequeño con un solo pescador. Dentro del bote había varios atunes amarillos
de buen tamaño. El empresario elogió al pescador por la calidad del pescado y
le preguntó cuánto tiempo le había tomado pescarlos.
El
pescador respondió que solo un poco de tiempo. El Empresario luego le preguntó
por qué no permanecía más tiempo y sacaba más pescado. El pescador le dijo que
tenía lo suficiente para satisfacer las necesidades inmediatas de su familia.
El
Empresario luego preguntó, ¿pero qué hace usted con el resto de su tiempo. El
pescador dijo, " duermo hasta tarde, pesco un poco, juego con mis hijos,
hago siestas con mi esposa María, me voy todas las noches al pueblo donde tomo
ron y toco guitarra con mis amigos ".
Tengo
una vida completa y ocupada. El Empresario replicó: Yo soy un MBA de Harvard y
podría ayudarte. Deberías gastar más tiempo en la pesca y con los ingresos
comprar un bote más grande, con los ingresos del bote más grande podrías
comprar varios botes, eventualmente tendrías una flota de botes pesqueros.
En
vez de vender el pescado a un intermediario lo podrías hacer directamente a un
procesador de pescado, eventualmente abrir tu propio procesador de pescado.
Deberías controlar la producción, el procesamiento y la distribución. Deberías
salir de este "pobre" pueblo e irte a la ciudad, luego a la capital y
eventualmente al exterior, donde manejarías tu empresa en gran expansión.
El
pescador preguntó, ¿pero cuánto tiempo tarda todo eso? A lo cual respondió el
empresario "entre 15 y 20 años" ¿Y luego qué? El empresario se ríe y
dijo " que esa era la mejor parte". Cuando llegue la hora deberías
anunciar un I. P.O. (Oferta Inicial de Acciones) y vender las acciones en
oferta al público. Te volverás rico, tendrás millones"." Millones… ¿y
luego qué? Dijo el Empresario: " Luego te puedes retirar.
Te
mudas a un pueblo en la costa donde puedes dormir hasta tarde, pasear un poco,
jugar con tus hijos, hacer siesta con tu mujer, ir todas las noches al pueblo
donde tomas ron y tocas guitarra con tus amigos "El pescador respondió,
¿acaso eso no es lo que tengo ya?
Entonces, queda claro que la satisfacción personal no
siempre está unida al éxito profesional.
Cuando era más joven, trabajaba de mesero en una playa
de México y allí pude observar algo que, para mí, era algo extraño. En el
restaurante, tuve la oportunidad de conocer muchos turistas millonarios,
quienes tenían una vida que a la vista de muchos era envidiable. Tenían ropa,
carros y posesiones que muchos desearían. Una buena familia y lo que más me
impactaba era la belleza de sus esposas, todas unas damas, que aparte de su
belleza física, proyectaban una excelente educación.
Cuando llegaba el momento en que las esposas se iban,
los turistas millonarios hablaban con los que trabajábamos en el restaurante,
para que les consiguiéramos unas “chicas” con quién pasar la noche. Me sorprendía
al ver que a pesar de tener éxito y tenerlo “todo”, seguían insatisfechos con
su vida y preferían pasar la noche con unas muchachas que no conocían y que
eran mucho menos bellas que sus propias esposas.
Hagamos un
paréntesis, quiero que veamos lo que significan las
palabras éxito y satisfacción.
La palabra éxito puede definirse como “el logro de una
meta profesional, personal o financiera”. Mientras que la palabra satisfacción
puede definirse como “sentirse bien con uno mismo, sentirse saciado, a gusto con
la vida”. Aclarado esto,
No creas que el éxito traerá la satisfacción a tu vida, la satisfacción
es lo que te conducirá al éxito.
Muchas veces
pensamos que al obtener un logro con eso tendremos la satisfacción que tanto
anhelamos, y no es así. Debemos comenzar desde adentro hacia afuera. Comencemos
amándonos a nosotros mismos, valorando cada cosa que tenemos y sintiéndonos
afortunados con la vida y con nuestro proceso hacia el éxito.
Cuando aprendamos
a encontrar esa satisfacción desde el inicio, entonces encontraremos el éxito.
Como dice Ismael Cala “el éxito es un camino, no un destino. No por nada la
palabra misma éxito viene del latín y tiene la misma raíz que la palabra “exit”
(salida) en inglés.” Seamos nosotros mismos los promotores de nuestra felicidad
y no esperemos la culminación de una meta o un tiempo determinado para
encontrar la satisfacción personal.
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